Nuestra primera parada para tomar algo fue en Cañaveral. Después paramos en Cáceres y estuvimos unas dos horas recorriendo un casco antiguo que nos gustó mucho, con gran ambiente, sobre todo en la plaza Mayor, a pesar de no salir las procesiones. Pasamos por el arco de la Estrella y subimos hasta la plaza de Santa María, que posee la concatedral. Después llegamos a la iglesia de San Francisco Javier, a la plaza de San Pablo y recorrimos varias callejas hasta llegar otra vez al coche. La ciudad es muy bonita y tuvimos tiempo de ver el museo militar que era gratuito. Pensábamos comer en Cáceres, pero salimos en busca de un lugar más tranquilo, y en un pueblo cercano nos pusimos a comer.
Por la tarde estuvimos en Mérida, andando por la ciudad en busca de los restos romanos. Lo primero que vimos fue el increíble acueducto de Los Milagros. Después fuimos al centro de la ciudad, donde vimos el teatro y el anfiteatro romanos, y fuimos andando hasta el inmenso Circo romano. Después cogimos el coche para ver la muralla romana, la casa del Mitreo, y pegados al Guadiana vimos el puente romano, la Alcazaba Árabe y los restos arqueológicos de Moreria. Todos estos monumentos son maravillosos, aunque nos quedó la sensación de encontrarnos una ciudad descuidada, con una arquitectura antigua y decadente, sobre todo en la parte un poco alejada del centro.
Después nos acercamos a Sevilla, porque al día siguiente teníamos que ir al aeropuerto, así que dormimos en casa de mi familia. Sin embargo, las procesiones estaban en auge (foto 1) y nos impidieron llegar a ciertas partes de la ciudad. Estuvimos en el barrio La Alameda, tomamos algo y fuimos paseando por la ciudad hasta que las procesiones nos pararon una y otra vez. Tardamos varias horas en llegar al Ayuntamiento, y varias también en llegar al coche que estaba tapado por la procesión de la Macarena. Vimos varias procesiones, a los nazarenos, y también escuchamos una saeta. Tras pasar la procesión pudimos coger el coche y dormir, aunque bastante tarde. La experiencia sin duda recomendable por ver una fiesta tan multitudinaria, a los sevillanos disfrutar, llorar y conmoverse con la Semana Santa.
Al día siguiente nos levantamos con mal tiempo, aunque pudimos ver parte de lo que nos restaba de la ciudad, como la calle Betis y los alrededores, donde estuvimos tomando algo. Después fuimos al aeropuerto, comimos en un parque y al poco tiempo ya estábamos en Córdoba. Fuimos directos al Camping "El Brillante", que nos costó 48 euros por instalar dos tiendas y dormir cuatro personas. Tras montar las tiendas nos fuimos al centro, para conocerlo un poco. Recorrimos parte de las murallas de la ciudad hasta llegar al impresionante Alcázar de los Reyes Cristianos. De allí fuimos directos a la mezquita (foto 2), de la que nos impresionaron las puertas sobre manera. Bajamos hasta el puente romano y cruzamos el río hacia la parte sur, pero volvimos sobre nuestros pasos para conocer mejor el centro, y tomar algo. Al día siguiente decidimos no ir a la mezquita de Córdoba porque no había tiempo para llegar a la Alhambra, así que salimos dirección a Granada.
Cuando llegamos, fuimos directos a buscar las entradas por un sitio que no nos dejaban pasar, y en el que finalmente nos pusieron una multa. A todo correr llegamos a la Alhambra, porque cerraban poco después los Palacios Nazaríes, que fueron increíbles (fotos 3 y 4). Después fuimos a la Alcazaba, que tiene unas vistas maravillosas, y cuando terminamos subimos hasta el Generalife. A la vuelta de todo entramos en el Palacio de Carlos V, donde pudimos ver una exposición arqueológica. Cuando terminamos fuimos a comer un bocadillo, y después hasta el Camping "Sierra Nevada", donde nos instalamos por 44 euros. Montamos las tiendas y descansamos un poco antes de ir en taxi hasta Albayzín. El barrio es muy curioso por el tipo de arquitectura y las vistas de la Alhambra. Después de un rato bajamos al centro y estuvimos paseando, cenando y comprando hasta por la noche. Al día siguiente fuimos hasta el aeropuerto a dejar a uno, y subimos hasta Sierra Nevada, sin embargo el plan previsto tuvo que anularse debido al mal tiempo, por lo que nos volvimos a casa y solo paramos en Lerma a tomar algo en la Plaza Mayor y ver por fuera el Palacio Ducal (foto 5).
Por la tarde estuvimos en Mérida, andando por la ciudad en busca de los restos romanos. Lo primero que vimos fue el increíble acueducto de Los Milagros. Después fuimos al centro de la ciudad, donde vimos el teatro y el anfiteatro romanos, y fuimos andando hasta el inmenso Circo romano. Después cogimos el coche para ver la muralla romana, la casa del Mitreo, y pegados al Guadiana vimos el puente romano, la Alcazaba Árabe y los restos arqueológicos de Moreria. Todos estos monumentos son maravillosos, aunque nos quedó la sensación de encontrarnos una ciudad descuidada, con una arquitectura antigua y decadente, sobre todo en la parte un poco alejada del centro.
Después nos acercamos a Sevilla, porque al día siguiente teníamos que ir al aeropuerto, así que dormimos en casa de mi familia. Sin embargo, las procesiones estaban en auge (foto 1) y nos impidieron llegar a ciertas partes de la ciudad. Estuvimos en el barrio La Alameda, tomamos algo y fuimos paseando por la ciudad hasta que las procesiones nos pararon una y otra vez. Tardamos varias horas en llegar al Ayuntamiento, y varias también en llegar al coche que estaba tapado por la procesión de la Macarena. Vimos varias procesiones, a los nazarenos, y también escuchamos una saeta. Tras pasar la procesión pudimos coger el coche y dormir, aunque bastante tarde. La experiencia sin duda recomendable por ver una fiesta tan multitudinaria, a los sevillanos disfrutar, llorar y conmoverse con la Semana Santa.
Al día siguiente nos levantamos con mal tiempo, aunque pudimos ver parte de lo que nos restaba de la ciudad, como la calle Betis y los alrededores, donde estuvimos tomando algo. Después fuimos al aeropuerto, comimos en un parque y al poco tiempo ya estábamos en Córdoba. Fuimos directos al Camping "El Brillante", que nos costó 48 euros por instalar dos tiendas y dormir cuatro personas. Tras montar las tiendas nos fuimos al centro, para conocerlo un poco. Recorrimos parte de las murallas de la ciudad hasta llegar al impresionante Alcázar de los Reyes Cristianos. De allí fuimos directos a la mezquita (foto 2), de la que nos impresionaron las puertas sobre manera. Bajamos hasta el puente romano y cruzamos el río hacia la parte sur, pero volvimos sobre nuestros pasos para conocer mejor el centro, y tomar algo. Al día siguiente decidimos no ir a la mezquita de Córdoba porque no había tiempo para llegar a la Alhambra, así que salimos dirección a Granada.
Cuando llegamos, fuimos directos a buscar las entradas por un sitio que no nos dejaban pasar, y en el que finalmente nos pusieron una multa. A todo correr llegamos a la Alhambra, porque cerraban poco después los Palacios Nazaríes, que fueron increíbles (fotos 3 y 4). Después fuimos a la Alcazaba, que tiene unas vistas maravillosas, y cuando terminamos subimos hasta el Generalife. A la vuelta de todo entramos en el Palacio de Carlos V, donde pudimos ver una exposición arqueológica. Cuando terminamos fuimos a comer un bocadillo, y después hasta el Camping "Sierra Nevada", donde nos instalamos por 44 euros. Montamos las tiendas y descansamos un poco antes de ir en taxi hasta Albayzín. El barrio es muy curioso por el tipo de arquitectura y las vistas de la Alhambra. Después de un rato bajamos al centro y estuvimos paseando, cenando y comprando hasta por la noche. Al día siguiente fuimos hasta el aeropuerto a dejar a uno, y subimos hasta Sierra Nevada, sin embargo el plan previsto tuvo que anularse debido al mal tiempo, por lo que nos volvimos a casa y solo paramos en Lerma a tomar algo en la Plaza Mayor y ver por fuera el Palacio Ducal (foto 5).