domingo, 8 de noviembre de 2009

Trieste y Eslovenia

Me levanté el sábado pronto para llegar por la mañana al límite este del país, a Trieste que tiene 205.507 habitantes. Una vez allí fui por todo el paseo marítimo hasta la piazza dell´Unitá d´Italia donde se encuentran algunos de los edificios más bonitos de la ciudad de la época autro-húngara. También es interesante visitar el teatro romano del siglo I, la basilica de San Silvestro, o la colina de San Giusto con su basilica y su castillo. Para volver fuimos por el canal Grande donde hay bastante ambiente y pudimos ver la iglesia ortodoxa serbia de Santo Spiridione donde había un bautizo. Tras pasar toda la mañana en Trieste fuimos hasta Miramare, un pueblo cercano que posee un castillo neogótico con un jardín enorme de 22 ha.

Antes de comer fuimos hasta Koper, en Eslovenia, para conocer esta ciudad costera de 51.428 habitantes, y de paso ver el partido de fútbol del equipo local. Lo más interesante de la ciudad se encuentra en la parte antigua, sobretodo en la plaza Titov donde está la catedral del siglo XII y varios palacios antiguos. Desde ahí hay dos caminos peatonales que llevan al mar, uno de ellos termina en la plaza Carpacciov que está pegada al puerto, desde había unas bonitas vistas (foto). Esperamos durante un tiempo al tren y por 8 euros fuimos a Ljubljana, la capital, que solo tiene 276.091 habitantes. Llegamos de noche y dejamos las cosas en el Hostel Celica, que esta cerca de la estación, es barato (21 euros) y es bastante nuevo. A las 10 fuimos a dar una vuelta para ver el ambiente nocturno de la ciudad, que es bastante famoso. Había bastante gente por la calle y muchos restaurantes, sobre todo por la orilla del rio Ljubljanica.

Durante ese tiempo y parte de la mañana del día siguiente vimos los principales monumentos de la ciudad, como la Stolnica de San Nicolás (Catedral), del siglo XIII, el puente del dragón, la plaza Preseren (foto, en nombre del poeta esloveno del siglo XIX), el castillo o la universidad. Sin embargo, la plaza del Congreso estaba en obras y los edificios de los alrededores estaban tapados, el resto son bastante modernos, como los museos o la opera. Ya otra vez en el tren, no cogimos el billete, nos cobraron un suplemento de 5 euros, nos pasamos la parada y tuvimos que bajar en Kozina (572 hab), a más de 15 kilómetros de las cuevas que queríamos ver. En general el transporte es bastante malo, no hay apenas trenes, ni autobuses y las carreteras solo indican el camino hacia la autovia, por lo que tuvimos que hacer autostop.

Después de 5 o 10 minutos paró una familia de 5 personas con la camioneta llena y nos dijeron que nos llevaban, aunque no fuera su dirección. Ya en la puerta de las cuevas de Škocjan, que son Patrimonio de la Humanidad, pagamos 10 euros (estudiantes) y entramos. Realmente es de lo más bonito que vi nunca, el tramo final de unos 600 metros con un rio subterráneo 50 metros debajo de donde pisábamos fue increible (foto). Al salir teníamos que bajar hasta Divača (3.906 hab) para coger el tren y fuimos por una ruta que hay marcada. Primero fuimos hasta el pueblo de Matavun (57 hab), y después retrocedimos hasta el tren, todo a través de un bosque durante unos 4 kilómetros (foto). Para la vuelta fuimos a Koper en tren, hasta Trieste en coche y de vuelta a casa con bastante retraso por una huelga de trenes.

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