lunes, 28 de septiembre de 2009

XXIII Subida Pedestre al Desfiladero de la Hermida

Tras pasar el año anterior las 50 carreras de atletismo disputadas, mi próximo reto es ir completando todas las carreras populares oficiales de Cantabria. Esta temporada 2008/09 se han celebrado 27 pruebas de este tipo y yo había estado en 13 de ellas, por lo que quería correr alguna nueva. Cuando estaba de viaje me comentaron mis amigos que si iba a la XXIII Subida Pedestre al Desfiladero de la Hermida y aunque llegué a la 1 de la mañana de Zamora, me levanté a las 6 para acompañarles y correr lo que pudiera...

La mañana fue estupenda aunque un poco fria, el sol salió muy pronto pero el desfiladero no permitía entrar el calor. Eso me afectó un poco por el frio y además por el agua de cada avituallamiento que me cortó la digestión del desayuno. Al final tuve que terminar andando debido al dolor de estómago, pero por lo menos disfrutando de las vistas que merecen mucho la pena tras los 28,5 kilómetros y los 263 metros de desnivel acumulado. Después de la carrera nos daban una camiseta, fruta, bebida y una bolsa con algo de comida, además de masaje. Luego fuimos a comer por Potes y a dar una vuelta por Liébana hasta tarde. Ya sólo me quedan 13...

sábado, 26 de septiembre de 2009

Tordesillas, Toro y Zamora

Al mediodía llegué a Valladolid y de allí fui hasta Tordesillas, un pequeño municipio con 8.512 habitantes donde se puede ver la Plaza Mayor del siglo XVII, el Monasterio de Santa Clara de 1340 y varias iglesias de los siglos XVI y XVII, como San Antolín o Santa María. Después de estar en el norte, y aunque allí no hacía mucho frio, el cambio de temperatura fue muy grande ya que en Castilla se superaban tranquilamente los 25 ºC. Después fui a Toro, municipio de 9.850 habitantes que me gustó un poco más que Tordesillas, sobre todo por la Colegiata de Santa María La Mayor del siglo XII y el Paseo del Espolón, desde donde hay unas bonitas vistas (foto). La calle que va desde el Arco del reloj del siglo XVIII hasta la Colegiata es bastante tranquila y con varios comercios a los lados.

Antes de anochecer fui hasta Zamora, ciudad de unos 66.672 habitantes, y desde luego lo mejor del día. Es una ciudad muy recomendable con múltiples sitios de interés, desde la famosa Catedral del Cristo Salvador (foto), del siglo XII, hasta el Castillo prerrománico y románico, pasando por las 22 iglesias románicas, del siglo XI al XIII. En todo momento hay algun monumento cerca, si no es una de estas 22 iglesias románicas, entonces es otra más reciente y si no es un palacio o un enorme edificio. Después de comprar en un supermercado me fui hasta Montamarta para dormir cerca del embalse del Esla de Ricobayo pero al no tener mucha agua me quedé en el albergue de peregrinos del pueblo. Al día siguiente y desde Zamora fui hasta Oviedo y de allí hasta Santander en autobus.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Bremen, Osnabrück y Krefeld

Una vez que terminé de ver Hamburgo compré el billete de tren para Weeze, por 82 euros. Por la mañana fui a Bremen, décima ciudad del país en número de habitantes con 548,477 y que es conocida mundialmente por los trotamúsicos (foto). De hecho en el mapa de la ciudad lo primero que vi fue una flecha que te indicaba donde estaban, ya que es lo más visitado. Desde la estación de tren todo recto está la Altstadt, parte vieja de la ciudad donde está la Marktplatz, plaza principal de la ciudad que contiene los lugares más interesantes, como el Ayuntamiento de 1405 y la estatua de Rolando de 1404 que son Patrimonio Mundial de la Humanidad (foto). Además en la plaza hay varias casas antiguas como la Schütting del siglo XVI, la catedral de San Pedro, del siglo XIII o la Liebfrauenkirche, la iglesia más antigua de la ciudad, del siglo XI. Cerca de la plaza hay varias calles famosas por su arquitectura como la Böttcherstraße y la zona de Schnoor, pero la parte del puerto estaba en obras y no se podía ver muy bien. A pesar de la población, el centro de la ciudad es pequeño por lo que se conoce bastante rápido.

Cuando terminé me fui a Osnabrück y nada más llegar comí en uno de los múltiples kebab. La ciudad no es muy grande, 164.000 habitantes, pero tiene varios monumentos de interés como la catedral Dom San Pedro, comenzada en 785 pero destruida y reformada en 1100, las iglesias góticas de Santa María, San Juan o Santa Catarina, el Ayuntamiento también gótico de 1512 (foto), el Palacio, que actualmente es la Universidad de Osnabrück, de 1668, o los restos medievales de las torres y el Heger Tor.

A media tarde y ya de camino a Weeze paré en Krefeld para comer algo y recorrí un poco la ciudad. Tiene 238,031 habitantes pero no tiene tanto interés como las anteriores debido a que la mayoría de los edificios son más modernos y está lleno de galerías y restaurantes. Lo más interante era el castillo Linn pero estaba lejos para ir andando. Después de un rato sin ver nada interesante me fui a cenar y volví al tren para llegar a Weeze. Después de un rato me monté en el último autobus para llegar al aeropuerto, donde dormí antes de salir al día siguiente con rumbo a Valladolid.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Hamburgo

Tras levantarme pronto del hostel de Copenhague fui hasta la estación de tren y allí decidí ir hasta Hamburgo, por 63 euros. Durante el viaje miré el mapa de las paradas y para mi sorpresa por donde cruzábamos no había carretera. Poco después tuve la respuesta, el tren se metió en un ferry y cruzó el estrecho desde Dinamarca hasta Alemania, tuve que bajar del tren y subir a cubierta donde tenían un supermercado, restaurantes y unas vistas increibles. Tras salir del ferry, el tren paró dos o tres veces más hasta Hamburgo y una vez allí pedí un mapa en la estación y me puse a preguntar precios de los hoteles. Como siempre en Alemania todos son bastante caros y además este día estaban todos ocupados, por lo que me conecté a internet para ver si encontraba algo.

Al poco tiempo encontré uno con bastante espacio y fui hasta allí con la mochila y conociendo un poco la ciudad. La zona donde estaba el hostel era la típica alemana llena de shows pornográficos, de lencería erótica, de restaurantes y de otros sitios para comer o beber... era en la calle Reeperbahn y el hostel era muy amplio y muy barato (17 euros), por lo que me quedé. Tras dejar las cosas me puse a visitar la ciudad, recorrí todo Königstrabe hasta llegar a Altona, una ciudad independiente hasta 1937, donde vi el Ayuntamiento, el teatro y la arquitectura de las casas de esa zona. Después me acerqué al puerto pasando por el mercado de pescado, que es bastante famoso, y por Landungsbrücken, la zona más famosa del puerto ya que tiene bastantes barcos para dar paseos (foto).

De ahí fui hasta HafenCity, una zona costera con algunos museos y casas con una arquitectura muy diferente al resto que desde comienzos de siglo es un proyecto urbanístico destinado a transformar la "Speicherstadt" (ciudad almacén), para hacer crecer el centro urbano un 40%. Después fui hasta la estación central y recorrí los alrededores donde hay mucho ambiente, viendo también las iglesias de San Pedro y San Jacobo, antes de llegar al precioso Ayuntamiento. Cerca está el Binnenalster o lago Inner Alster, que es uno de los dos lagos artificiales de la ciudad desde donde hay unas buenas vistas del Ayuntamiento (foto). Me quedé allí un poco y después di una vuelta por el centro, vi alguna iglesia más como la de San Miguel, el parque Elb y me fui para la zona del hostel (foto). Al día siguiente, antes de irme de la ciudad visité el campo del St. Pauli, el centro de convenciones y el parque botánico. La ciudad tiene 40 teatros, 60 museos y 100 lugares para escuchar música, en definitiva un sitio increible para vivir.

martes, 22 de septiembre de 2009

Copenhague

Tras dormir en Malmö cogí un tren que atraviesa el puente de Oresund de 7845 metros y que une los países de Suecia y Dinamarca. Una vez allí me paré en Copenhague tras solo 35 minutos y nada más llegar comenzó a llover, por lo que me fue un poco más dificil buscar un sitio donde dormir. Después de unas horas con la mochila a cuestas sin encontrar un sitio abierto o barato llegué a un hostel de la zona centro y encontré habitación por unos 30 euros. Como seguía lloviendo, hice lo de siempre, busqué un museo y a la vuelta de la esquina estaba el Nationalmuseet, donde estuve casi toda la mañana. La forma de cada sala, la cantidad de material y todo el espacio que posee hacen al museo algo increible, pero es imposible verlo en un solo día porque no asimilas toda la información. Sin embargo hay varias obras que merece la pena verlas por lo famosas que son, como el carro solar de Trundholm (foto) o el caldero de Gundestrup (foto). Tras salir del museo fui al palacio de Christiansborg y a Christianshavn, donde comí. Esta zona no tiene nada especial a parte de alguna iglesia donde se puede subir al campanario, o la ciudad libre de Christiania, que es un barrio parcialmente autogobernado de unos 850 residentes, donde historicamente hubo problemas con la policía por temas de drogas.

Después de comer seguí un poco más hasta llegar a la inmensa Ópera, también en Christianshavn, y de allí volví a salir de esta península para conocer el resto de la ciudad. Fui por la costa la mayoría del tiempo viendo entre otras cosas el palacio Amalienborg, residencia de la familia Real, la iglesia de Federico o iglesia de Mármol, el Kastellet, donde está el Servicio de Inteligencia Danés, o la famosa Sirenita (Den lille havfrue, foto). También me encantó la fuente de Gefion de 1908, esta era una diosa a la que el rey Gylfi la prometió toda la tierra que pudiera arar en una noche a lo cual respondió transformando a sus hijos en bueyes, para poder arar más rápido. De vuelta fui al castillo Rosenborg, a sus jardines, a ver alguna iglesia y otra vez al centro para ver el ambiente en la zona del Ayuntamiento (foto) y alrededores. El resto de la tarde me la pasé dando vueltas por la ciudad y disfrutando del ambiente y los canales. También vi por fuera el parque de atracciones Tívoli, que es el punto más visitado de la ciudad, sin embargo lo que más sentí es no poder estar más tiempo y disfrutar de los múltiples eventos a lo largo del año que tiene la ciudad, como conciertos o teatro, que parece que son muy habituales.

Suecia

Tras llegar del partido tuve que empezar a buscar un vuelo que me llevase de vuelta a casa, y el único decente que encontré cerca de Madrid fue el Ryanair Weeze-Valladolid, para el viernes siguiente. Mi idea era visitar todavía unos días Noruega y conocerlo mejor, pero el precio para viajar solo por el país no es asequible exactamente... puesto que los transportes y las carreteras tampoco favorecían que me quedase, decidí que ya volvería en otra ocasión y que tenía que bajar hasta Weeze al día siguiente. Mi primer destino fue Gotemburgo, ciudad costera del oeste de Suecia de 510,500 habitantes, lo que la convierte en la segunda mayor del país.En mi opinión es bastante fria, con las calles muy anchas y bastante nueva, aunque tiene varios puntos de interés. Por ejemplo, Kungsportsavenyn es la avenida principal de la ciudad donde está el teatro, la biblioteca, las principales tiendas y algún museo. Además es interesante visitar el paseo marítimo (foto), con la enorme Göteborgsoperan, la zona del centro que está delante de la estación central (foto) y sobre todo el Slottsskogen, un parque enorme en mitad de la ciudad que hace que te olvides de todo.

Tras estar unas horas aquí, volví a coger un autobus en dirección a Malmö, al sur del país, por 22 euros. Llegué por la tarde y me dio tiempo a ver la pequeña ciudad de 258,000 habitantes, que sin embargo es la tercera más habitada del país. Como siempre lo más destacado de las ciudades nórdicas para mi son los parques, en este caso el Pildammsparken (foto) que era erorme y muy tranquilo. Además de los parques, la ciudad destaca por la zona de Lilla Torg y la plaza del Ayuntamiento que tienen un ambiente increible de varios restaurantes y cervecerías. Cerca también está la iglesia de San Pedro, el Malmöhus, un castillo con su fortaleza del siglo XV que actualmente es un museo, y la playa de Ribersborg, desde donde se puede ver el Turning Torso, edifidio construido por Santiago Calatrava.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Vålerenga vs. Lyn

Tras cuatro días por Noruega el viaje tocaba a su fin, y que mejor forma de terminar que ver deporte de noche, sentadito en tu butaca y con miles de noruegos disfrutando de un partido de fútbol. Las entradas las compramos por internet, en la página web del club y sin problema. Antes del partido, como en todos sitios, los alrededores se llenan de coches y es dificil aparcar. En la tienda del club apenas tienen material de equipos noruegos y es casi todo de clubes de Inglaterra, Real Madrid o Barcelona.

Lo especial del partido era el enfrentamiento entre los dos clubes de la ciudad, el Vålerenga IF y el FC Lyn Oslo, siendo los únicos equipos del país que juegan en la misma ciudad, y además en el mismo campo, el estadio Ullevaal, de 25.572 espectadores. El Vålerenga IF ganó su última copa en 2008 y la liga en 2005, siendo uno de los cinco mejores clubes del país con 5 ligas y 4 copas. El FC Lyn Oslo por su parte ha ganado 2 ligas y 8 copas, siendo uno de los clubes más antiguos del país (1896) y miembro fundador de la Federación Noruega en 1902. Este año el Vålerenga está a mitad de la clasificación, sin opciones de jugar en Europa, aunque su histórico rival, el Lyn, lo tiene peor ya que es el último sin posibilidades de mantenerse en la categoría. El partido fue muy interesante porque a pesar de no estar el campo lleno, en nuestra grada había mucho ambiente (foto) y el partido tuvo muchos goles, 4-1 para el Vålerenga delante de 13.466 personas.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Vuelta a Oslo

Tras la ruta a la Månafossen paramos en un pequeño pueblo costero muy tranquilo que se llama Frafjord y que está a 10 minutos en el camino de vuelta desde el aparcamiento para subir a la cascada. Tras esta pequeña visita volvimos a Lysebotn para cenar y dormir y al día siguiente comenzamos el retorno a Oslo. El día en general fue bastante malo ya que llovió casi todo el día, pero tampoco nos impidió parar en varios sitios interesantes. El primero fue en un pueblo con una iglesia de madera (stavkirke) llamado Eidsborg. Esta iglesia data de mediados del siglo XIII y está dedicada a San Nicolás de Bari. Más adelante, ya cerca de Oslo, paramos a ver la iglesia de madera de Heddal (foto), construida en la primera mitad del siglo XIII y que es la más grande de las que aun están conservadas. Actualmente mantiene las funciones litúrgicas de un templo luterano.

Después de Heddal fuimos a Notodden para comprar algunas cosas para la cena. Sin embargo el pueblo no tiene apenas nada de interés y nos fuimos. La siguiente parada fue en Kongsberg, ciudad de 18,800 habitantes, fundada en 1624 y donde hay una clara diferencia entre la parte antigua, de la época minera de la ciudad, y la parte más moderna, con edificios recientes. Ambas partes están separadas por un rio (foto). Tras esto volvimos al parque de Vigeland, en Oslo, hicimos alguna foto más y nos fuimos al estadio de Ullevaal para ver el partido que luego contaré.

Kjerag y Månafossen

Después de estar en Preikestolen, tuvimos que volver en el ferry para cruzar al otro lado del fiordo y continuar hasta el fondo de este. Tras varias horas de coche por carreteras estrechas, llenas de curvas y de noche, llegamos para dormir en una casa donde teníamos una cocina y baños enormes, en el pueblo de Lysebotn, justo delante del Lysefjord. Las vistas por la mañana eran increibles con el fiordo justo delante nuestro, además de las vistas durante el viaje en coche, ya que el día anterior no se podía ver nada. En todo momento había un bosque, un lago o curiosos campos de piedras donde recrear la vista de camino a Øygardsstølen, donde comenzaba la ruta hasta Kjerag.

Una vez en Øygardsstølen, el aparcamiento es de pago y está lleno de coches, por lo que no hay duda que desde ahí sale la ruta, además hay un cartel de información, pero la hilera de gente subiendo te dan una ligera idea de por donde hay que subir. El tiempo aproximado de subida es de dos horas y en algunos momentos la ascensión es dura, con pendientes pronunciadas y con cadenas donde puedes ayudarte. Sin embargo, sube gente de todas las edades y sin preparación, porque al final que más da tardar dos que cuatro horas, el caso es llegar. Tras seguir las señalizaciones por un camino precioso (foto) llegamos a un punto donde se indicaba la posibilidad de ir hasta el Kjeragbolten o hasta Nesatind, nosotros fuimos a la primera.

Kjerag es una montaña desde donde hay unas vistas increibles del Lysefjorden, y donde el punto más alto son 1110 metros, aunque la mayor atracción es el Kjeragbolten, a 984 metros, que es una piedra de 5 m³ encajada entre otras dos (foto). Una vez que llegamos aquí, estaba repleto de gente, pero a diferencia de lo que pensábamos no había apenas nadie para subirse en la piedra, debido a que está suspendida entre dos rocas a una altitud de casi 1000 metros, con su consiguiente peligro... pero bueno ya que estabamos allí había que subir ¿no? Además de esto, es un destino bastante popular para hacer salto base, aunque aquí ya han muerto 9 personas... Después de hacernos varias fotos volvimos sobre nuestros pasos hasta el cartel y esta vez fuimos a Nesatind, donde comimos con unas vistas maravillosas del fiordo (foto). Para volver tardamos lo mismo, ya que hay que tener cuidado con no resbalar, la pendiente es alta y podemos bajar rodando. Ya en el coche, y como todavía había luz nos fuimos a hacer otra pequeña ruta que más tarde describiré.

Después de bajar del Kjerag cogimos el coche y retrocedimos bastantes kilómetros por la carretera que lleva a Sandnes hasta una desviación que indica la entrada hacia Månafossen ("cascada de Mån"). Tras varias indicaciones llegamos a un aparcamiento donde hay un cartel informativo sobre la ruta, la cual se realiza por el lado sureste del río. El camino no es fácil, debido a las pendientes, aunque en todo momento hay cadenas para ayudarte o escaleras, y además el recorrido es bastante breve. Tras 20 o 25 minutos llegamos a una zona con miradores desde donde se puede disfrutar de esta cascada de 92 metros, que es la más grande de Rogaland y la novena más grande de caida libre del país. Tras hacer varias fotos decidimos bajar porque se estaba haciendo de noche, a pesar de que el camino continuaba hasta Måndal y Mån.


sábado, 19 de septiembre de 2009

Preikestolen

Tras coger el ferry en Lauvik, este nos dejó en Oanes y únicamente hay que seguir todo recto hasta Høllesli, que es el comienzo de la ruta hacia el Preikestolen. Una vez allí hay por lo menos un restaurante, una tienda de regalos, baños, y está todo bastante bien señalizado para seguir la ruta y llegar hasta el destino. De todas maneras se calcula que durante el verano de 2006, unas 95,000 personas hicieron los casi 4 kilómetros de ruta hacia el Preikestolen, siendo así uno de los principales destinos turísticos del país, por lo que es bastante raro subir solo.

La ruta no es muy dura pero hay que estar minimamente en forma ya que se tarda unas dos horas en subir y un poco menos en bajar, aunque como siempre depende de cada uno. Durante el primer tramo del trayecto caminamos bajo bosque, y debemos ascender sobre rocas, en algunos casos bastante grandes y que pueden resbalar. Después salimos del bosque y tenemos una gran esplanada de rocas, acompañadas de lagos y de unas vistas increibles de los bosques cercanos. A medida que vamos avanzando, podemos contemplar cada vez más la altura a la que hemos llegado, ya que comenzamos la ruta a 270 metros de altitud y poco a poco nos acercamos al fiordo (Lysefjord o fiordo de la Luz) y a nuestro destino, que está a 604 metros. Al final de la ruta vemos el Preikestolen (foto), que traducido quiere decir "Púlpito", una roca de 25x25 metros que parece cortada de dicha forma desde donde hay unas vistas increibles del fiordo... Tras hacer varias fotos desde esta zona subimos un poco más, ya que hay dos rocas con un poco más de altitud, y después de ver más o menos la misma vista volvimos a bajar al coche por el mismo camino.


Sur de Noruega, Stavanger y cercanías

Después de dos días en Oslo, cogimos un coche para poder movernos bien por Noruega debido a que las comunicaciones en el país son bastante caras y el coche para ir en grupo es asequible. El destino era la parte oeste del país, la zona de Stavanger y del Lysefjord. El camino era largo por lo que paramos en varias ciudades de camino para conocer también el sur del país. Nuestra primera parada fue la ciudad costera de Tønsberg, que es la décima ciudad más habitada del país con 47,500 hab. Es bastante tranquila y se cree que es la ciudad más antigua de Noruega, aunque no tiene muchos lugares de interés. El más interesante es "Castle Rock", una colina en medio del pueblo, con las ruinas del viejo castillo y la torre de 17 metros. La siguiente parada del camino fue en Larvik, pequeña ciudad de 23,900 habitantes, también en la costa y muy tranquila, aunque como la anterior con pocas cosas de interés, un parque, algún museo y las vistas.

Para mi, sin duda la mejor ciudad del día fue Arendal, ciudad costera de 32,400 habitantes bastante tranquila y con un paisaje muy bonito, con pequeñas casas en todos los salientes posibles (foto). Paseando por el puerto se pueden ver unas vistas geniales de las poblaciones cercanas y por suerte en el agua medusas y estrellas de mar por todas partes (fotos). Algunas de ellas tenían un tamaño mayor que la cabeza de una persona... Tras esta maravilla natural fuimos hasta Kristiansand, octava ciudad del país con 67,500 habitantes. Se encuentra en la costa sur del país y es un destino habitual en las vacaciones de los noruegos, aunque en esta época está un poco deshabitada ya que la temperatura no es la misma que en verano... Fue fundada por el rey Cristián IV, en 1641, y aun perdura su castillo, el Christiansholm. Otros sitios de interés de la ciudad son la catedral y el barrio de Posebyen, varias calles cercanas al centro que poseen la parte antigua de la ciudad, con casas de madera blancas de diferentes épocas. Tras el paseo por esta ciudad volvimos al coche y por la noche llegamos al camping de Stavanger, donde dormimos en una cabin, especie de cabaña típica del país para hacer turismo con cocina, nevera, un sofá y la habitación para dormir.

Al día siguiente (18), nos levantamos pronto, desayunamos y nos fuimos a conocer Stavanger. Es una ciudad costera en el oeste del país que contiene 121.610 habitantes, siendo la cuarta más habitada del país y conocida como la capital noruega del petróleo. Hay varios museos para visitar, aunque lo más interesante para mi fue la "Gamle Stavanger", una zona repleta de casas blancas de madera de los siglos XVIII y XIX, pequeña pero muy tranquila. A parte de esta zona y los museos, merece la pena dar un paseo por la zona portuaria y ver también la catedral de San Swithun (foto), construida en 1100, lo que la convierte en la catedral más antigua del país y que está situada cerca de un parque con un estanque muy bonito. Tras pasear por la ciudad fuimos al coche, y desde Sandnes tomamos la carretera hacia el Lysefjorden. Para llegar hasta allí tuvimos que coger un ferry en el pequeño pueblo de Lauvik desde donde había unas vistas maravillosas. Terminado el viaje en barco recorrimos unos kilómetros hasta llegar al comienzo de la ruta hacia el Preikestolen, que después describiré.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Oslo

Llegué desde Milán al aeropuerto de Oslo Torp por la tarde y cogí un autobus justo enfrente del aeropuerto que me llevaba hasta la estación de autobuses de Oslo. El viaje fue largo, entre otras cosas porque el autobus tuvo que parar en mitad de la autovía debido a un fallo y tuvimos que cambiarnos a otro. El siguiente día comenzó con un paseo por la ciudad, que es la más habitada del país aunque con tan solo 876,400 hab., y viendo los edificios más emblemáticos de la ciudad como la Universidad, el Palacio Real, el Ayuntamiento (donde se celebra la ceremonia anual del Premio Nobel de la Paz), el Parlamento que está en el Palacio del Storting o el castillo y fortaleza de Akershus, desde donde se tiene una preciosa vista de la costa (foto). Después de comer, fui por la animada calle Karl Johans hasta la catedral del Salvador, después hasta la estación de tren y al jardín botánico. Para terminar el día y ya con bicicleta fui hasta Frognerparken o parque Vigeland, creado por el escultor Gustav Vigeland que muestra una exposición permanente de sus esculturas. Las más famosas son el Monolitten y el Sinnataggen o niño enfadado (foto) aunque para mi lo más llamativo es comprender el sentido del parque, que muestra la rueda de la vida. Después del parque di una vuelta tranquilamente en bicicleta por todo el puerto hasta llegar a la Opera, que tiene unas vistas bastante buenas y es enorme (foto).

Al día siguiente, estuve toda la mañana para ver la galería Nacional (Nasjonalgalleriet) y el museo de Historia, que eran gratis. La galería no era muy grande pero contenía alguna obra de famosos pintores como Picasso, Manet, Cézanne o El Greco, aunque la obra más conocida es "El grito" de Edvard Munch (foto). A mi la obra que más me llamó la atención fue un cuadro de Peter Nicolai Arbo, referente a la mitología nórdica, el cuadro se llama Åsgårdsreien y es de 1872. El museo de Historia por su parte era bastante grande y contenía una cantidad enorme de material vikingo, aunque la forma de exponerlo no me gustó mucho. Por la tarde fui a conocer Bygdøy, una pequeña península cerca de Oslo a la cual se puede acceder a pie o en barco, en el que fui. Una vez allí, pude ver que la zona es residencial, pero destaca por poseer varios museos, como el de los barcos vikingos, el Frammuseet o el Kon-Tiki, aunque yo preferí entrar en el museo folklórico, que representa casas del país, de todas las épocas, y donde está situada la iglesia de madera de Gol, del siglo XIII, trasladada hasta allí íntegra como todos los demás edificios del museo. Cuando salí fui por otro camino hasta el embarcadero, estuve un poco en la playa y para terminar el día volví en barco hasta el centro de la ciudad y di otra vuelta antes de ir a casa porque los museos cierran pronto, a las 17 o 18 horas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Gran Premio de Fórmula 1 de Monza

Una vez en Milán el sábado por la mañana fui hasta Monza en tren para ver el Gran Premio. Ya en la estación me encontré con autobuses de la organización que te llevan hasta el circuito y desde donde te dejan solo hay que andar unos 15 minutos hasta la pista. De camino fui mirando todos los puestos que hay antes del circuito, todos de comida o material de Fórmula 1 y después ya entré para ver la tercera sesión de entrenamientos y más tarde, a las 14 horas la sesión de clasificación. En ella el más rápido fue finalmente Hamilton seguido de un sorprendente Sutil y de Raikkonen en tercer lugar. El líder, Button, sólo pudo ser sexto, Alonso octavo y Alguersuari último. Tras la clasificación me fui a Milán.

Al día siguiente, me levanté pronto para ver la carrera de Fórmula BMW a las 8:45, que ganó un brasileño, Nasr, bastante sobrado, por delante del español Juncadella. Después vi la carrera de GP2 a las 10:30 con victoria de otro brasileño, Razia, bastante delante de di Grassi y del alemán Nico Hülkenberg que tras este puesto se proclamó campeón de la GP2 Series 2009. El español Roldán Rodríguez solo pudo ser séptimo. A las 11:45 comenzó la Porsche Mobil 1 Supercup, quizá la menos interesante de todas ellas debido a la distancia entre unos y otros y la dificultad para adelantar. Ganó un alemán, Rast, y el español de 18 años, Siso Cunill, fue décimo.

A las 14 horas comenzó la Fórmula 1, aunque antes se podía ver por los televisores imágenes de todos los corredores y su preparación. La verdad que la carrera fue como siempre, sin muchas sorpresas, viendo como los Brawn fueron a menos paradas y como a Hamilton le ganaron la partida. Practicamente toda la carrera se vieron primeros y no hubo mucha emoción hasta que a falta de dos vueltas Hamilton que iba en tercer lugar se estampó contra un muro, que le hizo retirarse con la monumental alegría de todos los espectadores que estabamos en Monza. Y es que de esta forma Raikkonen se ponía tercero, por lo que los aficionados a Ferrari y la cantidad de finlandeses que había estaban como locos. Alonso por su parte se aprovechó de que hubo varios retirados y del golpe de Hamilton para terminar en una muy buena quinta plaza. Alguersuari se retiró tras 19 vueltas. El precio de la entrada fueron 20+30+70 = 120 euros los tres días.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Milán, Como y Bérgamo

El vuelo hasta el aeropuerto de Bérgamo transcurrió sin problemas, y tras hacer tiempo leyendo hasta que viniera el autobus, fui a Milán y después al hotel, que estaba cerca de la estación. Aprovechando que iba a ver el Gran Premio de Monza de Fórmula 1, hice un poco de turismo por las ciudades cercanas a Monza. El primer día, después de ver la clasificación de la Fórmula 1, fui a recordar un poco Milán, ciudad enorme, la segunda más poblada de Italia con 1.299.652 habitantes y capital de la región de Lombardía. Sobre todo quería ver el Duomo (foto), y después aquellas cosas que me faltaron en mi otro viaje a la ciudad, que aunque no eran muchas esperaba que por lo menos fuesen entretenidas. Una de esas cosas era la dársena entre Porta Génova y Porta Ticinese, que según había visto era bonita y aunque no lo fue para mi, los alrededores tenían bastante ambiente. Las zonas de Navigli y Ticinese, que son dos calles paralelas que las separa un canal, están repletas de bares y restaurantes con un ambiente increible. Cené allí viendo un partido de la Juventus y seguí paseando por entre los canales (foto) y las tiendas que estaban abiertas, librerías, mueblerías o tiendas de cómics, a pesar de ser las doce de la noche.

Al día siguiente, tras una jornada repleta de motor en Monza, fui hasta los lagos de Como, al norte de Milán. Esa zona es bastante conocida y muy turística en Lombardía por poseer muchos lagos, a través de los cuales hacen varias rutas turísticas en barco. Como es una pequeña ciudad de 83.016 habitantes desde donde se tiene una perspectiva maravillosa del lago (foto) que además le da un tranquilidad y una belleza a la ciudad increible. A pesar de ser pequeña la ciudad tiene varias cosas interesantes que visitar, la principal la catedral que fue comenzada en 1396 y que en la fachada representa a Plinio el Viejo y el Joven. Para terminar, al día siguiente y antes de salir de Italia en dirección a Noruega, fui a visitar otra vez Bérgamo. Esta tiene 117.887 habitantes y destaca por poseer en la llamada "Bérgamo Alta" la parte más antigua, de época medieval, con murallas y calles de piedra y donde se encuentra la famosa Santa María Maggiore comenzada en 1137 o la Cappella Colleoni que está pegada a la anterior. La Piazza Vecchia es la más bonita de la ciudad y centro de la parte alta de la ciudad.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Meridiano de Greenwich

Cuando iba de viaje a Chamonix (pasando Pau) y de retorno a Zaragoza (después de Lérida) vi carteles que te indicaban el paso por el Meridiano de Greenwich que curioso!, que importancia damos a este punto imaginario...

Este meridiano no es más que un punto de referencia para poder calcular puntos en cualquier parte del mundo, debido a que antes del s. XIX había multitud de referencias y debía ser un poco dificil saber de que posición se hablaba. Es una línea que corta de norte a sur el globo terráqueo y pasa por Inglaterra (un barrio londinense llamado Greenwich), Francia, España y otros países de África.

Junto con el ecuador terrestre podemos obtener los grados necesarios para situar cualquier punto del mundo y me pareció curioso saber cuales han sido los puntos más alejados en los que he estado. El resultado fue 59.916667° norte, 27.383333° sur, 77.028333° oeste y 139.766667° este.

Montpellier y la Costa Brava

El jueves por la mañana ya estaba en Montpellier, que sería la última parada antes de entrar en la frontera española. Con una población de 257.712 habitantes, es la octava ciudad más poblada del país, aunque tiene menos historia que Aviñón o Nimes, ya que fue fundada alrededor del siglo VIII. De todas maneras cabe destacar en la visita la catedral de San Pedro (foto), del siglo XIV, que destaca por su raro pórtico, el arco del triunfo (foto), la facultad de medicina, la más antigua en actividad del mundo o el acueducto de San Clemente del siglo XVII. A pesar de la arquitectura, para mi, lo más bonito de la ciudad es el ambiente en la plaza de la comedia y las calles de los alrededores que crean una ciudad llena de vida, con macetas y flores colgadas por todas las calles, que están repletas de tiendas y gente.

Tras esta parada fui en busca de un camping que está situado todavía en Francia, en Cerbère, pero al que llegué desde España, por la Costa Brava. Estuve haciendo fotos de Portbou, último pueblo que pertenece a la Costa Brava y después volví a entrar en Francia, para dormir en el camping. La parte norte de la Costa Brava es muy bonita, con pequeños pueblos costeros con playas y muy tranquilos. La parte francesa más cercana es igual, con numerosas playas y calas donde hay mucha tranquilidad (foto). Al día siguiente, sin embargo, las carreteras estaban saturadas completamente de la gente que salía desde Barcelona para llegar a cada pueblo de la costa pero por suerte el atasco sólo era en esa dirección y no en la mia. Llegué a Zaragoza, di una vuelta rápida por la ciudad y fui al aeropuerto a coger el vuelo a Milán.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Aviñón y Nimes

Tras una mañana intensa por el parapente había que volver hasta España para coger el vuelo Zaragoza-Milán que salía el viernes por lo que puse camino hacia allí y durante el viaje fui parando en algunas ciudades francesas. Al mediodía llegué a Aviñón, la ciudad de los papas. Ya tenía ganas de conocer la que fue residencia de los papas durante la "Cautividad del Papado" desde 1309 hasta 1377, aunque después algunos antipapas mantuvieron aquí su residencia. Además de por poseer la catedral y el palacio episcopal (foto) también es conocida por su histórico puente (Pont d'Avignon, en la foto). Las tres estructuras fueron en 1995 nombradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y no es para menos ya que el palacio se compone de unos 15.164 metros cuadrados. El resto de la ciudad de unos 89.300 habitantes rebosa de iglesias por cada calle, como es normal con la importancia que adquirió la ciudad papal durante el siglo XIV. Además de algunas iglesias merece la pena visitar el Hôtel des Monnaies, enfrente del palacio episcopal, el Ayuntamiento (Hôtel de Ville) o las murallas construídas por los papas durante sus mandatos. Había bastante ambiente por todas las calles, siendo estas estrechas y de dificil circulación por dentro de las murallas. El único problema de la ciudad en mi opinión es la cantidad de pobres y borrachos por las calles tirados o buscando en los basureros...

Tras pasear un rato por la ciudad, el siguiente destino del día fue Nimes. Ciudad de unos 144.600 habitantes con una rica historia, ya que los romanos la conquistaron en el 120 a.C. a los galos y fue un paso de la vía Domiciana, camino que facilitaba el acceso a Hispania. Durante el derrumbamiento romano pasó a ser visigoda en 462, pero la pérdida de poder de estos ante los musulmanes hizo que la perdieran en 719. Sin embargo, en 754 pasó a formar parte de la dinastía carolingia y después pasó a manos del conde de Tolosa en 892. Descatan los restos romanos, que están bastante bien conservados, como el famoso anfiteatro (la Arena de Nimes, en la foto) y la Maison Carrée (foto), antiguo templo romano muy bien conservado, ambos del siglo I. También destaca la torre Magna del siglo I a.C. y la catedral de Saint Castor comenzada en el siglo XI. La ciudad de noche estaba bastante tranquila, iluminando los edificios interesantes y muy bonita, aunque al igual que en Aviñón había varios indigentes y borrachos por la calle. En general los accesos a las ciudades de Francia muy fáciles y en estos dos casos más aun, al no ser ciudades muy grandes.

Parapente

Para finalizar mi visita a los Alpes franceses no pude resistirme a pagar 100 euros por volar en parapente durante algo más de media hora desde Planpraz, el final de unos de los remontes de Chamonix, en frente de toda la cordillera del Mont Blanc, desde 2000 metros de altitud (10 euros). Por todas partes aparecía anunciado la posibilidad de hacer parapente en varias compañías, pero el día anterior no pudo ser porque se suele reservar al menos con un día de antelación.

Desde las 9 de la mañana es posible tirarse pero nos recomendaron ir un poco más tarde, a las 10. Subimos el remonte y ya allí vimos mucha gente que iba a hacer lo mismo, hasta una niña pequeña (3 o 4 años) con su padre... después de una explicación rápida de lo que había que hacer para despegar, empezamos a volar y hasta me dejó un rato manejarlo. Casi al final, los monitores se compenetraron para hacer espirales y después aterrizamos. Cuando llegamos al suelo, una de las chicas nos dijo que mi piloto era el segundo de Francia y el otro era el cuarto... así que una experiencia única y totalmente recomendable.