lunes, 11 de enero de 2010

Piamonte y Liguria

Aquí tuve mi tercera visita, y después de hacer noche en Bérgamo (10,55 euros en tren) fuimos por la mañana hasta Génova (11,80 euros y 604.000 hab). Desde la estación, por la calle Balbi hasta el centro fuimos viendo algunos de los palacios que son Patrimonio de la Humanidad, como el Real. Tras pasar por el túnel Garibaldi llegamos hasta la plaza de Ferrari, donde está el teatro Carlo Felice. Desde allí fuimos hasta la plaza G. Matteotti, buscando la oficina de turismo que estaba en la anterior plaza y donde nos ayudaron a llegar al hotel. Como había que ir en autobus, fuimos hasta la casa de la familia de Colón, comimos en el centro y en el paseo marítimo compramos una tarjeta de transporte para todo el día (tres por 7 euros). Dejamos las cosas en el hotel y volvimos al centro para conocer la calle Garibaldi, con los palacios Blanco, Rojo, Doria-Tursi y Lomellino. Subimos cientos de escaleras hasta Casteletto y vimos las vistas desde allí y desde el jardín del museo de arte oriental. Cuando bajamos entramos en el palacio Ducal, en la iglesia de Gesú, en la catedral, fuimos al puerto antiguo y al palacio del Príncipe.

Al día siguiente fuimos hasta Turín (9,10 euros y 900.000 hab), que también es Patrimonio de la Humanidad. El hotel estaba en la plaza S. Carlos y de allí vimos unas librerías, las iglesias S. Carlos y S. Cristina y sobre todo el famoso museo Egipcio, gratis con mi tarjeta de estudiante (10 euros sin ella). Después comimos un menú y fuimos a la plaza Castello, donde está el palacio Madama, en el que vimos restos de construcciones anteriores, y la iglesia de S. Lorenzo, que contiene una copia de la Sábana Santa. Después estuvimos dentro del palacio Real, de la catedral de San Giovanni, viendo el anfiteatro romano, y la plaza de la República, aunque se había terminado el mercado. Vimos algún palacio más y antes de volver al hotel hicimos unas compras. Ya anocheciendo subimos a la mole Antonelliana (5 euros) de 167 m. que tiene unas vistas increíbles y fuimos al partido, pasando por la plaza Vittorio Veneto y por el parque Valentino, con su castillo.

Por la mañana volvimos a Génova, y de ahí fuimos hasta La Spezia, aunque antes tuvimos una multa de 5 euros y una discusión bastante fuerte con el revisor. De camino paramos en los pueblos de Cinque Terre (Patrimonio de la Humanidad), cinco pueblos unidos por un camino de 18 kms. pegado al mar, por el que hay que pagar 5 euros. El primer pueblo es Monterroso (1.580 hab) y como todos los demás en esta época está vacío y lo más destacado es la playa y las estatuas esculpidas en roca. Comimos aquí y después nos fuimos a Vernazza (1.100 hab) que tiene un pequeño puerto y la iglesia de S. Margarita, aunque lo mejor sin duda es callejear por la diminutas y empinadas calles. Los trenes pasan cada 30 minutos y tardan 5 minutos en llegar al siguiente pueblo así que seguimos hasta el tercero, Corniglia (600 hab), que está en un alto y al que se llega tras subir cientos de escaleras. Allí, desde La Torre o desde Belbedere S. María hay unas vistas increibles de toda la costa. Quisimos empezar desde aquí el camino, pero la ruta estaba cerrada por lo que fuimos en tren a Manarola (850 hab) que fue lo que más me gustó. Sus casas empinadas y coloridas son muy parecidas al resto pero desde el camino del puerto se puede disfrutar más de las vistas del pueblo. Por último, llegamos a Riomaggiore (1.800 hab) donde subimos a ver las vistas que son parecidas al resto. Empezaba a llover pero para terminar el día fuimos a dar una vuelta por el centro de La Spezia (95.000 hab) y ver la iglesia NS de la Nieve. Volvimos para Padua (18 euros) anocheciendo, con parada en Parma y Bolonia, donde cenamos.

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