jueves, 24 de septiembre de 2009

Hamburgo

Tras levantarme pronto del hostel de Copenhague fui hasta la estación de tren y allí decidí ir hasta Hamburgo, por 63 euros. Durante el viaje miré el mapa de las paradas y para mi sorpresa por donde cruzábamos no había carretera. Poco después tuve la respuesta, el tren se metió en un ferry y cruzó el estrecho desde Dinamarca hasta Alemania, tuve que bajar del tren y subir a cubierta donde tenían un supermercado, restaurantes y unas vistas increibles. Tras salir del ferry, el tren paró dos o tres veces más hasta Hamburgo y una vez allí pedí un mapa en la estación y me puse a preguntar precios de los hoteles. Como siempre en Alemania todos son bastante caros y además este día estaban todos ocupados, por lo que me conecté a internet para ver si encontraba algo.

Al poco tiempo encontré uno con bastante espacio y fui hasta allí con la mochila y conociendo un poco la ciudad. La zona donde estaba el hostel era la típica alemana llena de shows pornográficos, de lencería erótica, de restaurantes y de otros sitios para comer o beber... era en la calle Reeperbahn y el hostel era muy amplio y muy barato (17 euros), por lo que me quedé. Tras dejar las cosas me puse a visitar la ciudad, recorrí todo Königstrabe hasta llegar a Altona, una ciudad independiente hasta 1937, donde vi el Ayuntamiento, el teatro y la arquitectura de las casas de esa zona. Después me acerqué al puerto pasando por el mercado de pescado, que es bastante famoso, y por Landungsbrücken, la zona más famosa del puerto ya que tiene bastantes barcos para dar paseos (foto).

De ahí fui hasta HafenCity, una zona costera con algunos museos y casas con una arquitectura muy diferente al resto que desde comienzos de siglo es un proyecto urbanístico destinado a transformar la "Speicherstadt" (ciudad almacén), para hacer crecer el centro urbano un 40%. Después fui hasta la estación central y recorrí los alrededores donde hay mucho ambiente, viendo también las iglesias de San Pedro y San Jacobo, antes de llegar al precioso Ayuntamiento. Cerca está el Binnenalster o lago Inner Alster, que es uno de los dos lagos artificiales de la ciudad desde donde hay unas buenas vistas del Ayuntamiento (foto). Me quedé allí un poco y después di una vuelta por el centro, vi alguna iglesia más como la de San Miguel, el parque Elb y me fui para la zona del hostel (foto). Al día siguiente, antes de irme de la ciudad visité el campo del St. Pauli, el centro de convenciones y el parque botánico. La ciudad tiene 40 teatros, 60 museos y 100 lugares para escuchar música, en definitiva un sitio increible para vivir.

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